
Autor: Luis Sitges – Birding, Trekking & Nature
La avutarda común son grandes aves pertenecientes a la familia de los Otidae y es el único representante del género Otis. Se la conoce con el nombre científico de Otis Tarda. Hay reconocidas dos subespecies, Otis tarda tarda que está distribuida por Europa, norte de África y oeste de Asia. La otra subespecie es la Otis tarda dybowskii que son los ejemplares del este de Asia.
Las poblaciones de África y Europa son sedentarias mientras que las asiáticas hacen migraciones desde el norte hasta el sur para pasar el invierno.
Aunque son una especie considerada como residentes, es cierto que realizan movimientos estacionarios de bastante distancia relacionados con las estaciones del año, siendo las hembras las que más realizan este tipo de desplazamientos. En cualquier caso, se trata de un ave gregaria.

En España se encuentran distribuidas en las llanuras cerealistas de ambas Castillas y Extremadura y núcleos menos importantes en Andalucía, Aragón y Murcia.
Son aves muy corpulentas y pesadas que les gusta pasearse por los campos cerealistas de nuestro territorio. Existe mucha diferencia entre los machos y las hembras en cuanto al tamaño y su peso.
Los machos pueden alcanzar una altura de 90 a 105 centímetros y una envergadura de 2,1 a 2,7 metros. Su peso oscila de 9,5 a 16 kilogramos, aunque el récord en España lo ostenta un macho que llegó a pesar 19 killogramos. Por ello la convierte en una de las aves voladoras más pesadas del mundo.
Además de su tamaño, el macho se diferencia de la hembra por tener un tono más vivo en el dorso de castaños y dorados. Además, el macho en plumaje nupcial presenta unas plumas largas, apuntadas y rígidas que le nacen de la mandíbula inferior.

Las hembras son sensiblemente más pequeñas, un tercio en relación con los machos, midiendo 75 a 85 centímetros de alto y una envergadura alar de 180 centímetros. Su peso medio es de 3,1 a 8 kilogramos.


Su alimentación es a base de vegetales e invertebrados, siendo estos últimos su dieta predilecta en primavera y comienzos del verano donde los saltamontes y los grillos son ávidamente devorados. Ocasionalmente no descartan algún vertebrado como pequeños roedores y lagartijas. Durante el invierno las leguminosas adquieren su principal fuente de alimento.
Siempre me impresiona ver lo bien que estas pesadas aves vuelan. Como su envergadura no es muy grande y su peso es elevado, para alzar el vuelo necesitan dar unos cuantos pasos aleteando fuertemente para poder volar.


El periodo reproductor comienza a mediados de marzo y se extiende hasta junio. Los machos ya comienzan a cambiar su plumaje de invierno a nupcial a mediados de enero y en este tiempo comienzan a luchar para determinar quien ocupara los lugares mas vistosos para realizar la parada nupcial que se la llama rueda. Este tipo de comportamiento recibe el nombre de lek agregado o lek poligínico disperso.

El plumaje reproductor de los machos ya está listo en enero y es desde este momento hasta el comienzo de las paradas nupciales cuando los machos establecen sus dominancias entre sus grupos. Tras la cópula, las hembras depositan en una ligera depresión en el suelo los 2 o 3 huevos que componen la puesta y que incuban durante 21–28 días. Son ellas las que llevan a cabo todo el proceso de incubación y cuidado de los pollos.
Los machos no llegan a su madurez sexual hasta los 5-6 años y las hembras a los 2-3 años.
Los pollos son nidífugos, es decir que abandonan el nido detrás de su madre a las pocas horas de haber nacido, y se desarrollan en un periodo de 30-35 días, muy rápido si tenemos en cuenta el tamaño de estas grandes aves.
La transformación que realizan los machos durante las paradas nupciales es impresionante. Primero los machos se van pavoneando y comienzan a hinchar su pecho que llega a tener el tamaño de un balón de futbol. Al mismo tiempo ya han levantado su cola y la han pegado a su espalda.


Acto seguido, se inclina hacia delante, gira las alas exponiendo su plumaje blanco y con las plumas secundarias hacia arriba. Las bigoteras rectas hacia arriba escondiendo su pico. Las bigoteras las mueve indistintamente pues cuando se acerca una hembra puede bajar la del lado de la hembra para verla mejor. En resumen, se convierte en una bola blanca.

Como durante esta fase del cortejo las avutardas están muy expuestas, se recomienda su observación a bastante distancia con la utilización de telescopios terrestres pues ellas mantendrán una distancia bastante grande con los observadores.